6.11.2009
Que pasa cuando uno es incapaz de explicar y abarcar una situación que no le pertenece, que no sufre, pero sin embargo se encuentra en ella.
Como en una película de ciencia ficción donde golpean (sin sangre) a los personajes en batallas cósmicas y la gente disfruta en las butacas de un cine con mas de 3500 luces en el centro comercial de moda de sus ciudades.
Igual? Los personajes estan aquí delante mio, me enseñan las cicatrices de sus batallas, me cuentan las historias interminables de su día a día, y a la vez preparamos la comida, el te, reimos y bailamos; nos miramos a los ojos como seres de planetas diferentes y nos abrazamos fuerte, como deseando que por fin algo de aqui y de alla se toque, se equilibre.
"El problema", los personajes están en mi corazán, bien asentados desde hace ya algunos años. Entonces: como separar realidades.
Inevitablemente, esta visible el otro bando, me permito decir el de los "MALOS", ellos estan en las calles, se pasean libremente con su traje superespacial, con todos los complementos que requiere su papel: pistola o metralleta, porra, cinturón portabalas y un millar de bolsillitos que la verdad ni quiero saber que guardan.
Cabeza de malo bien alta, sin sonrisa por supuesto, el papel de torturador nunca lo puede hacer alguien risueño.
Ellos golpean, persiguen, torturan; vigilan, violan, manipulan,... ese es su trabajo, con salario mensual por supuesto.
Mientras continúa la batalla en las calles, yo permanezco aquí, en sus casas, conversando, posponiendo mi vuelta a marte, planeando con mis compañeras saharauis un futuro mejor, porque este es nuestro papel decisivo (y aqui os cito con todo mi cariño amigas radiofonicas), somos mujeres que conectando luchas trabajamos para lograr el mundo que deseamos.
Simplemente: JUSTICIA.
Un abrazo muy fuerte desde las calles de El Aiun ocupado, capital del Sáhara Occidental.
CIRCOA, Las Inventadas.
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